Sistemas de práctica mesoamericanos

Las prácticas toltecas formaban parte de la Cosmovisión. Esto puede ser difícil de entender, pues nosotros vemos en los ejercicios físicos un medio para adelgazar o mejorar la salud, no un vehículo de conciencia. Otras culturas lo interpretaron diferente. Para los antiguos griegos, ejercitarse era una cuestión de dignidad; le concedían tanta importancia a los deportes, que representaban a sus dioses y profetas como modelos atléticos. El énfasis es aún más marcado en la India, pues el Yoga forma parte del hinduismo. Algo similar encontramos en Anáhuac.

Kinam, la llama

Los antiguos mexicanos no separaban la materia del espíritu; para ellos, el cuerpo físico era una expresión divina y merecía un trato reverencial. Por eso, como afirma un texto maya, la prueba de la estatura moral de los grandes antepasados radicaba tanto en su sabiduría y hazañas, como en su salud y porte físico:

“Había en ellos sabiduría, no conocían pecado, vivían saludables, sin enfermedad, dolor o fiebre. Rectamente, erguido iba su cuerpo.”
                                                                                                (Chilam Balam de Chumayel)


El cronista Diego Durán testimonió el extraordinario interés que sentían los mesoamericanos por las artes escenográficas que derivan del cultivo físico:

“Eran tantos los juegos y gentiles delicadezas que con pies, manos y cuerpo esta gente hacía, que osaré afirmar que en el mundo no hay nación que mayores sutilezas y ligerezas ejercitase. Si hubiera de relatar cada una en particular, se pudiera hacer un capítulo.”
                                                  (Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España)


Ese interés se refleja en elementos como los siguientes:

- Los más de 2000 estadios para el juego de pelota que han descubierto los arqueólogos en Mesoamérica.
• La abundancia de posturas de poder en la iconografía.
• El hecho de que estas posturas se suelen asociar con ascetas, deportistas y guerreros, grupos que, por naturaleza, se dedican a este tipo de prácticas.
• La especialización de algunas posturas, como el doble cruce de piernas y la inversión, que sólo se explica como el producto de un arduo entrenamiento con escuelas y profesores.
• La aparición de hiperposturas - posturas tan complejas, que marcan el límite físico de los ejercicios, de donde se deduce que estos tenían niveles de reto y eran parte de un sistema.
• La aparición de tres tipos de imágenes con función didáctica: figuras de transición que explican cómo hay que completar la postura, conjuntos de figurillas que muestran los pasos sucesivos del mismo ejercicio, y estatuas y figurillas con brazos o cabezas articulados, cuya movilidad sugiere que se usaban para ejemplificar movimientos.

Al organizar la documentación arqueológica existente, encontramos evidencia de, al menos, seis sistemas de disciplina física suficientemente especializados y coherentes como para contar con nombre propio; estos son:  

Figurillas olmecas en secuencia didáctica.

Figurillas olmecas en secuencia didáctica. 

Estatua huasteca con miembros articulados. Figurilla de Xochipala en postura de transición.

Hiperposturas, figurillas olmecas y de Jalisco.

1. Las danzas profanas (maya: Okot; náhuatl: I’totilistli) y sagradas (maya: Nawal; náhuatl, Nawa), un aspecto importante de los ritos y las escenificaciones de los mitos. Su aprendizaje era un requisito cultural, existiendo para este propósito escuelas en cada calpuli o barrio.

2. Las escenificaciones acrobáticas (maya: Shimbal; náhuatl: Mayotsinkuepa) con propósito de diversión y complemento a las escenificaciones de los mitos. Una de ellas sobrevive hasta hoy: el ritual de los voladores de Papantla, que describe el “sacrificio” de los dioses para crear al ser humano. El modo riguroso como se entrenan sus practicantes, da fe de la existencia de escuelas en tiempos prehispánicos.

3. Las artes marciales (maya: K’uk’umkatun, guerra de plumas; náhuatl: Yayaotl, simulacro militar), elemento fundamental de la educación de los niños, pues aquella sociedad buscaba incorporar las virtudes del guerrero.

4. El lenguaje manual (maya: Eets; náhuatl: Machiomana), un sistema de representación de conceptos y datos a través de las posiciones de brazos, manos y dedos, que dejó abundante documentación gráfica; le dedicaremos el último capítulo de este libro.

5. Los deportes, en particular el juego de pelota (maya: Pok ta Pok; náhuatl: Ollama), con una profunda dimensión simbólica. Gracias a los reportes de los cronistas, sabemos que algunos jugadores eran profesionales que dedicaban toda su vida a ejercitarse.

6. El sistema de ejercicios físicos que estudiaremos en este libro, el cual incluía posturas, movimientos conectivos, marchas y formas especializadas de respirar.

Es falso que los anahuacas sacrificaran a los jugadores de pelota. Ningún cronista nativo o español reportó esta práctica, ni se ha encontrado evidencia arqueológica de ella. Es una especulación moderna basado en la incomprensión del mito creador tolteca y de las metáforas iconográficas.

Juego de pelota, relieve maya. Encuentro de arte marcial en el estadio, lámina del Códice Colombino.