Las posturas del Oeste
Nombre maya: Chelaan, tendido
Nombre náhuatl: Akana o Akammana, tendidas
Característica: acostado
Elemento: Agua
Objetivo: recuperar energía
Técnica nahuálica: la recapitulación
Comando: desato mis nudos
Posturas:
1. El soñador
2. El profeta
3. La serpiente
4. El flechador
Posturas del Soñador, el Chakmol, la Serpiente y el Flechador, figurillas olmeca, maya, huasteca y de Colima.
Así como asociaban el este con el amanecer, la luz y el lado masculino o activo de nuestro ser, el oeste representaba el atardecer, la oscuridad y nuestro lado sedente o femenino; de ahí que lo asignaran a las Mujeres Diosas, canonización de las mujeres muertas en la guerra del parto. A diferencia de los cristianos, quienes ven en la oscuridad un símbolo del mal, los anahuacas lo interpretaban como emblema del potencial energético, de modo que este rumbo es la vía de entrada metafórica al mundo del nahual.
Las posturas del oeste se parecen a su elemento, el Agua, emblema del estado líquido, el flujo descendente y la introspección. Son paradójicas, pues, en ellas, el cuerpo se reclina sobre la espalda, los costados o el vientre, como si fuera a dormir, pero, al mismo tiempo, se yergue tanto como es posible sin usar las extremidades, como si quisiera elevarse. El simbolismo es obvio: estas posturas representan la facultad de soñar.
Una característica del sueño, es que nos dejamos atrapar por las visiones oníricas, comprometiendo nuestra energía en todo tipo de situaciones emocionales. El contacto intensivo del torso con la tierra sacude la energía, despertando recuerdos emocionales que podemos cazar como conejos (de ahí que los psicólogos reclinen al paciente para inducirlo a recapitular).
Las posturas del oeste representan algunos de los atributos del chamán.
• El Soñador es emblema de la imaginación, las aspiraciones y el sueño. También, de las revelaciones obtenidas a través del sueño, y de la transición al plano de los “muertos”.
• El Profeta es la postura que adoptaban los sacerdotes para indicar que estaban dispuestos a escuchar al Espíritu.
• La postura de la Serpiente evoca el momento en que el espíritu se despega de la materia y asciende, figuradamente hablando, hasta el plano de los “dioses".
• El Flechador representa la activación de los centros perceptuales y el enfoque de la voluntad en objetivos trascendentes.
Estas posturas no son demasiado exigentes para un cuerpo sano, si se montan con lentitud y no se extreman las tensiones.