Norte 2. El pelotero

Nombre maya: Ajpok’.
Nombre náhuatl: Ollama.
Intento: Soy el jugador del juego de la existencia. 

Postura del Pelotero, figurillas y relieve mayas.

Esta postura era el saludo de los jugadores de pelota; reproduce el momento en que el jugador se hinca para dar un rebote con la cadera. Aparece con frecuencia en el arte, pues el juego de pelota era importante en aquella sociedad, al contener un simbolismo cosmogónico.

En Kinam, el Pelotero representa la capacidad de fijar la atención. Es una postura polar, al marcar la tensión entre el brazo que se extiende y la cabeza que se voltea al lado opuesto. También es cúbica, pues las extensiones de piernas, brazos y cabeza marcan los tres ejes del cubo.

Su principal impacto es sobre los músculos de las caderas y el sentido del equilibrio.

Incorporación

Nota: la realización se facilita si empleamos un cojín pequeño para calzar las rodillas.

1. Preparación. Esta postura tiene desplazamiento frontal y lateral. Comienza en pose atención erguida, con la mirada centrada; tomamos una respiración completa y aguardamos. 

2. Montaje. Primer reto: postura cúbica. Hincamos la rodilla izquierda, de modo que el muslo y la pierna derechos formen ángulo recto. A continuación, abrimos la pierna derecha hasta que la rodilla apunta al lado, manteniendo el ángulo recto. Las caderas no giran, deben quedar alineadas con los hombros; esto requiere que forcemos la cadera derecha y proyectemos un poco la izquierda, para impedir que se flexione hacia dentro. El torso se mantiene orientado al frente.

3. Extendemos el brazo derecho paralelo al muslo, la mano abierta con la palma hacia arriba, y la torcemos para que los dedos apunten al suelo. Al mismo tiempo, llevamos la mano izquierda al hombro derecho o a la altura del pecho, y volteamos la cabeza a la izquierda. Tomamos una respiración completa y retenemos en vacío por unos segundos.

4. Complementación. Los dos retos de esta postura requieren que repitamos los movimientos hacia la derecha.

5. Segundo reto: postura plana. La dificultad del ejercicio se incrementa si torcemos la pierna que se desplaza al lado, de modo que el talón toque los dedos del pie opuesto. En este caso, muslos y piernas forman un cuadrado perfecto, y todo el cuerpo permanece en un plano. Hay que prestar atención para mantener el equilibrio e impedir que la cadera se flexione. Tomamos una respiración completa y retenemos en vacío por algunos segundos.

6. Retorno. Una vez terminado el complemento, regresamos al frente la rodilla que se había desplazado a un lado y nos levantamos.

Contraindicaciones

Esta postura no tiene contraindicaciones para personas con peso y complexión normal; quienes padecen de las rodillas, deben calzarlas con un cojín.